sábado, 15 de diciembre de 2018

ADIOS PAPÁ

Hoy cumplirías 67 años Papá, pero la vida no ha querido que sea así.

Apenas ha pasado poco más de un mes y aun así se me hace eterno, aunque no te has ido, estás aquí. De una manera u otra sigues dentro de mi cabeza, a cada paso que doy, a cada incertidumbre, incluso a los asuntos pendientes que tengo... o bien te me apareces en sueños, o en mi mente, recordándome "a ver, qué vas a hacer....".

El cáncer a ti no te venció. No te venció porque nunca te rendiste, hasta el último momento pensabas que esto era un bache, que cuando te recuperaras.... a casa. Incluso con el páncreas mal-funcionando, el hígado lleno de tumores, y tan sólo un pulmón funcionando, tu seguías luchando, y tan sólo pedías la morfina para que calmara el dolor, aunque ni ésta ya te hiciera efecto.

Tu no te fuiste por tu pie, tan sólo te fuiste calmado por la sedacion, para así ya no tener dolor; aunque aun tengo grabado a fuego los momentos en los que te querías levantar e irte del hospital, y yo reteniéndote porque en realidad no te tenías ni en pie.

No hago nada más que pensar que mientras que yo hará un año me quería apartar de esta vida, cuando esta seguía contando conmigo; tú, has sido apartada de ella.

Son tantas cosas papá, tantas cosas, que incluso sabiendo que no había solución no hemos podido hacer, pero no somos adivinos y ¡Nadie! nos esperábamos que lo que podría haber sido años, tan sólo han sido meses.

Mira que somos despegados los Carballo, yo quizás sea el antagónico en la familia, pero aun así en 20 días te di más besos que en los 37 años de mi vida, y ahora siento que han sido pocos, muy pocos, y sobre todo, me han faltado abrazos.

Y bueno, no nos despedimos, aunque tampoco eso lo hecho de menos, me hubiera gustado, pero quien sabe si me hubieras mandado a Alpedrete, pues creo que sobra saber lo que te queríamos, y lo que tú nos querías.

Aun tenemos pendiente esparcir tus cenizas por "las peñas", esas peñas de El Pino que tan adentro llevabas..... lugar que inevitablemente me recordará a ti y a los abuelos cuando vaya, y que ahora se hace más necesario que nunca. Esas cenizas que nutrirán la tierra, darán vida a nueva vegetación y hará más fuerte a los pinos que ya existen.

Sólo me queda como esperanza el que tu recuerdo prevalezca en mi memoria y la de Paula (de eso me encargo personalmente) e intentar que se me pegue un poco de ¡Jacinto!


Descansa Papá, merecido lo tienes tras la lucha.